viernes, 12 de junio de 2009

Por la tarde

Yo la pinto por las tardes. Escribo en el lienzo de su espalda palabras cientos, la siento a ella, y lo siento cuando se mete a la ducha y en desvaneciendo se va describiendo. En el aire escribo la palabra odio, odio al agua caliente que arrastra a la tubería oraciones enteras, artesanías. Desnudo tu cuerpo, tierno al calor seca para que pueda pintar más sueños en el.

jueves, 11 de junio de 2009

A ella

A ella le gusta el agua caliente en su cuerpo. Cuando nada la prefiere fría. Alberca soleada, vacacional, lejana, tanto. . . que diario recordando se baña caliente el agua. Moja la cabeza, inundan los pensamientos; para todas partes, a Italia por ejemplo, torna a la volta, se posa en algún nombre, algún hombre, alguien a quien no ha visto en un buen tiempo, un ex amigo, un ex amante, un ex conocido, un ex-tracto de realidad la invade, agua recorre, ella disfruta. Sí, ella disfruta. Esimisma, gira, danza, baila quieta en el rectángulo de losetas mientras talla su juventud. Brazos abiertos, ojos cerrados, cabello empapado dan la imagen de una deidad. Emerge de la regadera, estalla en gotas, cae al piso, se hace mujer. Mujer de senos blancos, blandos, pezones erectos, rosados, estómago valle soleado; envaginado al terminar en un arroyo de intimidad bifurcado en piernas de sensualidad. Cierra las llaves, terrena sale, golpea el aire con sus cabellos, esparce gotas que infelices la abandonan, mueren... toalla que abraza y calla. Ella camino de su cuarto la deja caer ensimismada. ¿En qué piensa? Se siente atractiva y fresca.

miércoles, 10 de junio de 2009

Los ojos de Carol

Carol tiene una mirada peligrosa. Tiene cuatro años y sabe como manipular el mundo con sus ojos. Es pura, ¿qué podría haber hecho tan grave a sus cuatro años? Se llena de papeles la nariz, mientras en ti fija sus castañas pupilas. Regañarla se vuelve imposible. Te mira con el cinismo que obtiene de la hermosura. No es tierna, es la mirada de una seductora. Carol tiene cuatro años y el mundo ya es suyo. Podría rayonear con sus crayolas tu pared favorita, esa blanca donde tienes tu litografía de los girasoles, esa tan blanca que parece que fue pintada por dios; podría arañarla con azules y morados para luego girar esa cabecita suya, voltearte a ver, desarmarte de golpe, dejarte indefenso ante ella pidiendo perdón. Es capaz de tirar tu iphone por la cañería sonriendo para que tu la mires obseso, como en un sueño donde has sido tú quien le pidió que lo hiciera... Carol tiene cuatro años, por adelantado compadezco a cuanta persona se involucre con ella en el futuro, sobre todo a sus hombres, esos, sus soldaditos de plástico.

Carol tiene una mirada peligrosa. Tiene veinticuatro años y sabe como manipular al mundo con sus ojos. Está contaminada, ¿qué podría haber hecho tan grave a sus veinticuatro años? Toma prestado el carro del novio, lo estrella borracha contra un poste, se baja y pide aventón a quien sabe donde. Él la busca, encuentra el carro, de ella ni un rastro, él quisiera odiarla al ver el cofre de su Audi destrozado, no puede, con solo recordar sus ojos la perdona y corre hasta desmayarse, el pavimento le recibe caliente, el sonríe inconsciente agradeciendo que al menos conservó su dignidad... Carol tiene veinticuatro años y tira por la borda al mundo al cabo es suyo.

Carol tiene una mirada peligrosa. A sus doscientos noventa y cuatro años, cierra los ojos, demasiado ha sufrido el mundo a cuesta de ellos. Hace tiempo que aprendió a cerrarlos, pero el mundo llora por haberles conocido y ahora no gozar de su favor. La fauna se marchita, la tierra tiembla, se queja, resquebraja, agoniza, falla, se equivoca, rompe y se desgarra para que Carol al menos se conmueva y le eche una última mirada. Carol se niega, se mira a sí misma y sueña.

Carol ojos y pestañaS. Carol Dañas. Me alimentas, fúrica lloras, a tus pies bebemos todos, nos emborrachas. CieRRas los ojos, calma insoportable, somnífero, tortura del masoquismo que pide redención por la propia muerte. Ábrelos, ábrelos Carol porfavor, necesitamos tú luz y la muerte... conservar nuestra dignidad. A sus cuatro años, Carol ya es dueña del mundo. Pobre Carol cuanta responsabilidad envuelta en dos párpados.

lunes, 8 de junio de 2009

Mi pez dorado

Tengo un pez dorado en casa. Nada feliz diariamente, se asoma al mundo exterior y no ve nada. Da vueltas eternamente en esa pecera circular, no se aburre, no se exalta, solo está. Cuanta quietud la de mi pez dorado. Le admiro por no tener la menor inquietud por salir, por ver si hay algo afuera, por probar ser diferente, por intentar no ser un pez dorado, o respirar el aire de afuera, aunque le costara la vida, pero no, el no lo intenta, no le interesa y yo le admiro. A veces choca contra el cristal, el no sabe que la pecera existe, solo nada hasta que se topa contra esa barrera transparente y da la vuelta como si nada y nada, se desliza contra el cristal, se aplasta contra el, nada, no pasa nada, que valor el de mi pez, aguantar todos los días un mundo con fronteras invisibles, nadando a ninguna parte, siempre tranquilo, siempre constante. No se muere, no es como esos peces que duran dos semanas, mi pez lleva así miles de años dando vueltas inmutable, seguro el piensa que va a alguna parte, que ingenuidad la suya, yo le observo y sonrío, mi pez se llama LA HUMANIDAD.

sábado, 6 de junio de 2009

La indefinición de los criollos

"Al principio de la Colonia, a los mestizos no se les reconocía como tales. O se les tomaba por españoles o por indígenas, sin ser aceptados totalmente dentro de ningún grupo. Por eso, muchas padres de mestizos pagaban para que en el acta de nacimiento de sus hijos se les calificara de "español". Algunos mestizos fueron educados como caballeros y damas españoles porque la Corona consideraba humillante que un hijo de español fuera educado entre los naturales.

La mayoría de los mestizos era considerada "gente vil" y se les negaba el derecho de ocupar cargos reales, eclesiásticos o municipales. Por ello, el papel de los mestizos en la Colonia fue desde un principio un factor de inestabilidad, pues no tenía un lugar definido en la sociedad de su tiempo. Los mestizos fueron rechazado tanto por los indígenas como por los españoles."

Pareciera que hemos dejado esto atrás. Qué no existen más las castas en nuestro país, ni la distinción, pero es errónea esta concepción. Yo soy hijo de padres mexicanos, sin embargo mi madre es hija de españoles nacida en México educada a la manera española, mientras que mi padre es jalisquillo de herencia española, como tantos otros. Mi apariencia ha sido siempre la de un criollo, soy rubio, de ojos castaños, piel muy blanca, de tipo catalán, educado por mi madre a la manera española, viviendo sin embargo toda mi vida en México sin haber ido nunca a la tierra de mis abuelos....

Es complicado. Siempre me sentí por un lado orgulloso de ser mexicano pero también orgulloso de mi herencia española. Sin embargo desde que tengo memoria he sido criticado por "güerito", "gachupin", por no comer chile, ni tomar tanta cerveza, por ser puntual, por tener en fin, distintas costumbres. Y es que en algunas cosas soy mexicano puesto que he pasado mi vida entera en este país, cuya cultura y riqueza histórica siempre me ha fascinado y en otras tantas cosas me encuentro en un país envuelto en la ignorancia, el resentimiento social, y la necesidad de sentirse machos y hombres, valientes por su capacidad en los madrazos, su aguante al picante y su resistencia al alcohol.

Aunado a eso vivo en una zona residencial destinada a la elite económica (Interlomas) sin pertenecer a ese nivel socioeconómico, por lo tanto no soy miembro de la elite, pero soy juzgado como tal, "claro como eres niño rico de las Lomas", "tú no sabes porque vives en la herradura", etc, etc. Así que un hibrido siempre, en el medio, en el limbo de la indefinición. No soy clase alta pero vivo entre ellos, quienes así también no te aceptan en su elite porque no tienes lo suficiente para ingresar a su mundo, sin embargo tampoco puedo fingir que no crecí en La Herradura y estudié en Polanco como para fingir que tengo barrio, ya que... no lo tengo.

Durante un año tuve dos ensayos a la semana en iztapalapa, donde comía y me quedaba a dormir, en esos días, los insultos y burlas de los habitantes de la zona no se hacían esperar, me gritaban puto, pinche güerito mamón, etc, sin conocerme, así de lejitos, así que intenté buscar la adaptación, así que busqué hablar y comportarme como ellos, entrando a la taquería donde cada semana cenÁbamos saludando así: "quiubole culeros", les hacía gracia pero... no era suficiente, es evidente que no era tampoco uno de ellos.

Quizás pocos lo entiendan, pero el ser clase media entre ricos, rico entre los pobres, español entre mexicanos, mexicano entre españoles, sensible entre los "machos" que se valúan por los golpes y la embriaguez, lector en un país que no lee, ajedrecista en un país de futboleros, teatrero donde se cree que OCESA es teatro, pensando que... estoy orgulloso de ser diferente, ni español, ni mexicano, ni macho, ni futbolero, ni borracho, ni madreador, ni nada, ser simplemente yo en este limbo, fuera del marco social, lejos de los antros, lo comercial y buscando ser yo mismo, agradezco tanto el haber nacido hibrido, así nunca seré definido por donde nací o en donde, sino por lo que digo y hago. O más bien aunque me intenten etiquetar, yo sé que no quepo en ningún cajón, tal vez sea "gente vil", pero me niego a ser uno más. Prefiero que la indefinición me defina...