Te tengo a mi lado diáfana concentrada
desprovista de ambas escudo y ballesta
risas que en rocas, golpeas, destronas
en arenas me tornas, pierdo el juego de ajedrez.
Desgajas los reales cromáticos cristales
y en los pedazos de vitrales dormita Dios.
Evitando cortarse entrando de puntas el viento
gótico entona el lamento, se rinde, otorga.
Rezaba aquel negro día que en viéndome
erizaste mi villanía; envuelta en tormentas
atestiguo mudo por fuerza, de fe arrodillado
hereje en tu templo te sueño mía, desnuda.
Alejo, caen pasos, ilusiones y trazos
distancio figura, es ropaje desgarrado
lejos, quedas tranquila, virgen de las rocas...
Para una mujer que ignora lo que aquí se revela...