lunes, 13 de julio de 2009

Es curioso

Es curioso esto que siento en el pecho.
No pude dormir.
Un aleteo.
Giro sobre mis sábanas buscando el punto exacto donde poder amodorrarme.
El cardenal que habita mis latidos tiene hambre.
No lo encontré.

Es curioso. Palpitan articulaciones, saltan venas; ¡quieren salir por pies! Arrancarse, desprenderse y bailar. En la pista en la que se ha convertido mi cuerpo, danzan mis venas y tu con ellas. Las coges de la cintura, besas su cuello, metes tu pierna entre ellas en seductora pose de tango; estallan al compás del último compás. ¡Pero qué milonga! ¡Pero qué sensualidad!

Una blusa roja. Bajo la cual un brassiere rojo. Bajo el cual unos senos rojos también. ¿Así que te has puesto de acuerdo con mis venas para vestir a la par? Habérmelo dicho antes, cuanta desconsideración, no venía yo preparado.

Es cosa de dejarlo para después. Dejar que el tiempo empiece cejando las horas hasta el próximo encuentro.

El corazón a gas, mil por hora, dos tiempos, dos cuentos, un tango que se ha vuelto aleteo, las venas vuelven al cauce y son río. Un cardenal aleteando en mi cuerpo, es verdad que no puedo dormir, giro y me estrello contra las rocas de mi cama, el oleaje horas después me avienta agotado, habiendo tragado tanta sal, deposita el cuerpo arremolinado sobre arena caliente a soñar.

Un aleteo.
No puedo dormir.
Mis venas están entrenando para el concurso internacional de tango.
Tiempo.
Días.
Estarán listas.
Sacrificar el sueño por un sueño...

Es curioso esto que siento en el pecho.

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