No es la novedad...
Tras de los muros le adivino,
mujer cubicular tecleando escucho,
imagino.
Del escondrijo emerge verde, azul,
blanca algunas veces porta el café
se regala, en galletas.
Ninfa por denominación, diosa por estatura
encriptada de cementerios boscosos,
se inunda, se trabaja.
Soy y no soy su primo
¿parezco? ¿perezco?
Destino.
Sal mas a menudo le pido,
vistiendo siempre diáfana
uno u otro
vestido.
Terraza, solar, invernadero,
cristal. Mujer de allá,
de allí.
¿Viene un momento,
aquí?
lunes, 5 de octubre de 2009
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Qué grata sorpresa leerte.
ResponderEliminarUn abrazote.